Antes de nada, me gustaría pedir perdón por no haber escrito antes. Tuve un embarazo maravilloso en lo que se refiere a la salud, pero fue muy duro a nivel personal ya que sufrí muchos problemas laborales. Las mujeres embarazadas molestamos y nos quieren quitar de en medio. Entré en una especie de depresión y lucha contra el mundo, y eso me separo del blog y de vosotras. Quizás algún día cree otro blog en el que cuente como es la lucha de David contra Goliath, pero aquí, en este, sólo trataré de los pequeños, los pequeños óvulos, nuestros soñados pequeños, o los pequeños de carne y hueso.
Resumiendo todo este tiempo en un segundo, debo decir que el embarazo fue muy bien, estaba más guapa que nunca, y un 23 de marzo de 2013 nació mi pequeño Angel. El pasado domingo cumplió un año. Es un pequeño gran milagro.
Decidimos bautizarle en la capilla sixtina, sin curas ni agua bendita, con agua del mismo Bilbao. Le llamamos Aiur que significa suerte y prosperidad. Y vaya que sí me ha traído suerte. David venció a Goliath y a nivel laboral, después de mucho llorar me encuentro en un maravilloso momento. Y esta no va a ser una entrada esporádica en el blog. He vuelto para quedarme.
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